Visión de la educación infantil desde lo profesional

Hoy en NBNB, tenemos un post muy interesante. La autora es Andrea Ortiz, educadora de niños con riesgo de exclusión social. Nos gustaría que aportaseis vuestro punto de vista y hagamos debate entre todos!

Siempre que hablo con madres y padres sobre cuál sería la mejor forma de educar a sus hijos, surgen numerosas preguntas a las que trato de dar respuesta desde mi experiencia.

No tengo hijos, pero trabajé durante varios años con menores en riesgo de exclusión y son muchas las anécdotas que tengo para contar e ilustrar mi forma de entender la educación.

Si bien es cierto, aquellos niños provenían de muy diferentes circunstancias, nada favorecedoras para su desarrollo personal y psicológico, pero al fin y al cabo, eran niños, y había que tratarlos y educarlos como tal.

El punto de vista del educador difiere mucho del de los padres. Principalmente porque no son hijos tuyos, y tienes que educarlos desde la perspectiva del profesional. Debes saber separar esto, de lo personal y muchas veces cuesta.

Los niños que por circunstancias de la vida aterrizan en un centro, necesitan, en la mayoría de los casos, que se les guíe en la adquisición de habilidades sociales porque es fundamental para que, una vez cumplida la mayoría de edad, sean capaces de desenvolverse por sí mismos.

Muchos de los padres y madres actuales piensan que lo hacen mejor cuanto más protejan a sus retoños, y están muy equivocados.

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Los niños tienen que desarrollarse, tienen que madurar, tienen que experimentar, tienen que caer y levantarse. A través del aprendizaje y dejándoles que ellos mismos sean capaces de resolverse, conseguiremos educar a niños mucho más independientes.

El tema de la sobreprotección está muy en auge. Te encuentras con madres y padres que ante el mínimo signo de puchero corren a calmarle. Esta es una de las cosas más frecuentes. Bien porque estén agotad@s y el llanto de los hijos consiga sacarles de quicio, bien porque consideran que si lloran es porque están sufriendo, bien porque creen que los niños que no lloran son más felices etc…

Bajo mi punto de vista no están actuando correctamente. Los niños desde que nacen son auténticos supervivientes. Miden a las personas hasta puntos insospechados y no nos olvidemos… son infinitamente más listos que nosotros.

Si ven que llorando consiguen lo que quieren, tened por seguro que lo pondrán en práctica hasta cuando no lo necesiten.

Lo mismo pasa a la hora de poner límites cuando son un poco más mayores. Aquí esfundamental aunar decisiones y trabajar siempre en el entorno familiar o profesional en la misma dirección.

Hubo casos en los que después de medirme ,los niños tenían el suficiente conocimiento de lo que estaba permitido o no. Si por ejemplo, hacían algo que yo no consideraba que estuviera bien, sabían que tenían una consecuencia. Sin embargo, con otros compañeros no pasaba lo mismo, ellos sí se lo permitían. Un caso práctico: saltar en las camas. Yo no dejaba que lo hicieran y conmigo nunca pasaba, ya que en anteriores ocasiones habían recibido una reprimenda. Con el tiempo, compañeros me decían que no entendían por qué con ellos sí que se dedicaban a saltar en las camas y que por mucho que les riñeran no les hacían caso. Tenían la guerra perdida.

Los niños necesitan órdenes claras y concisas. Saber dónde está el límite y aplicarlo siempre que sucedan las conductas inadecuadas. Si fallas… estás jodido.

Se aprovechan del mínimo despiste para hacer lo que quieren y por eso es tan importante trabajar siempre en la misma dirección.

Este tipo de casos suele pasar en familias donde los padres están separados o dónde reconocen la autoridad de uno frente a permisividad del otro. Los niños saben muy bien a quién acudir dependiendo de la situación. Son, como antes apunté, auténticos supervivientes y saben hacerlo a la perfección.

Por más que duela, como consejo, tratad de educar a vuestros hijos en valores. No dejéis que por muchos pucheros que hagan o muchas caritas de ángeles que pongan, os cojan la delantera. No es bueno ni para ellos, ni para vosotros.

¿Qué opináis? Contádnoslo en los comentarios y pongamos en común. Queremos desearos buen viernes, feliz finde y que aprovechéis el tiempo al máximo 😉 ¡Besos!

felizfinde

23 comentarios en “Visión de la educación infantil desde lo profesional

  1. Gracias por darnos tu visión profesional, creo que tienes mucha razón, y de hecho, yo siempre he pensado así visto desde fuera, espero ser consecuente con mis pensamientos ahora que tengo (tenemos, que siempre se me olvida que tiene un padre ;P) un pequeño satelite con el que practicar. Y esa gran frase de «son infinitamente más listos que nosotros», y tanto, yo creo que es el instinto de supervivencia, se lo digo siempre al señor ese que vive conmigo, los canijos van tanteando las situaciones para ver como funciona el tema para conseguir lo que quieren, somos nosotros los que tenemos que dirigirles, no dárselo hecho. Muchas gracias por dar este toque de atención y a las maris por hacernos ver el lado cómico de nuestras situación que en su momento nos pueden parecer dramas.

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    • Ese señor que vive contigo y tú teneis que remar en el mismo sentido. Seguro que así Tamborcito crecerá mucho más confiado y seguro de lo que hace. Como peques que son, y como dije en el post, tienen que tener muy claras las órdenes. Si ven opiniones contrapuestas ahí es dónde les sale el instinto superviviente y actúan en consecuencia, siempre buscando lo que más les conviene!!! Eso es precisamente lo que hay que evitar . Un beso gordo!!!

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  2. Me ha encantado este post!!!! coincido con Andrea en que no poner límites, a la larga, no es bueno ni para el niño, ni para los padres. A mí siempre me educaron en valores pero con límites, y creo que el resultado fue bastante bueno. No se trata de ser sargentos, pero sí de no dejar que se suban a la chepa porque después, las formas para hacerlos bajar son mucho peores. Cuando minififi quiere subirse encima de la mesa de cristal de mi salón, le digo NO y ella lo entiende perfectamente, tanto que la siguiente vez que se dispone a hacerlo me mira antes y dice no con la cabeza, y no se sube. Claro que la primera vez que le dije no y la baje de la mesa, lloró y lo volvió a intentar, pero a la tercera vez lo entendió perfectamente. Prefiero que llore un poco a que se abra la cabeza. Creo que los límites que se ponen a los niños no son caprichos de los padres, sino la mejor manera de protegerles que tenemos. Por supuesto, esta es mi opinión. Mil gracias Andrea por tu colaboración!

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  3. Me encanta Andrea, y mil gracias por colaborar con nosotras!!!!!! Yo reconozco que no soy de sobreproteger a mi hija, de hecho, yo creo q no me hace caso porque le doy 20 órdenes a la vez jijijijijijij. Listos!!!!! No, yo creo que vienen con matrícula de honor en como manipular su entreno. El otro día minijijijijiji abrió un cajón y sorpresa!!!! Encontró una bolsa de patatas a las 12,30 de la mañana, daba hasta palmas!!!!!! Te crees que me las dio a mi para abrírselas, se fue corriendo donde mi madre tapándolas para q yo no las viera!!!!!

    P.d.: mi madre se las abrió…

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    • Gracias de nuevo a vosotras!!!
      El tema de los abuelos da para otra entrada en el blog.
      Creo que es sabido, que como regla general, los padres educan y los abuelos consienten.
      Es una lucha constante, y muy complicada…
      Jejejejejeje
      Besos!!!!

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  4. Hola!
    Como docente de secundaria tengo que añadir que llegada la adolescencia los costes humanos que la educación superprotectora puede generar son muy elevados. Diariamente nos encontramos con adolescentes que han sido educados con mucho amor pero sin el establecimiento de límites. Algunos, los menos, no muestran comportamientos muy disruptivos hasta que se les impone un límite. Pero la mayoría generan muchos conflictos, a veces de índole muy grave y otras no tanto.
    En cualquier caso, y en general, el problema no lo es tanto para el profesor sino más bien para el propio alumno, pues tras un conflicto se aplican consecuencias tan duras como la gravedad del mismo, y eso el chico/a no lo entiende, porque desconoce las consecuencias que sobrellevan las acciones que realiza en su día a día. Generar constantemente este sentimiento en un adolescente no es bueno ni positivo para su evolución, si bien debe aprender que cada acción, por pequeña que sea, lleva asociadas unas consecuencias.
    Tal vez si lo hubiera aprehendido desde pequeño, su adolescencia no sería tan horrible ni sufriría tanto.

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    • Hola Glorondrina. Totalmente de acuerdo con lo que dices. Además de trabajar con niños también me tocó lidiar con adolescentes.
      Cuando tratas de educar a un niño, resulta más fácil, ya que no tienen tan arraigados los conocimientos, pero el caso de los chavales más mayores es complejo y peliagudo.
      Debo decir, que el tema de la educación tiene que ser asignatura obligatoria en casa, los profesores enseñan, los padres educan… Podríamos hablar de eso largo y tendido porque es algo que no queda del todo claro a día de hoy y que trae consecuencias en los centros escolares como las que tú muy bien apuntas.
      Considero de todas formas, que muchas veces, son necesarias las escuelas de padres, más que las escuelas de niños 😉

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  5. Me a gustado mucho!!! y estoy totalmente de acuerdo en todo!! Pero a veces como dice moni cuesta ponerlo en practica, y duele .. pero realmente es lo mejor para ell@s.

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  6. Estoy complétamente de acuerdo con Andrea; muchas veces creemos que mimar y proporcionar caprichos a nuestros hijos les va a hacer más felices. Cuando lo que realmente necesitan son límites, cariño y dedicación…

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  7. hola, soy Irene y alguna de las quue escribe me conoce un poco… creo que teneis la teoría muy bien aprendida,perola practica es algo distinta, estoy de acuerdoen todo lo que decis pero es mas fácil decirlo que hacerlo, y duele que un hiko cuando es pequeño llore, normalmente cuando lloran es porque no consiguen salirse con la suya(me refiero a los llantos de caprichos) pero como me dijeron a mi en una ocasión «vale mas que llore ella que tu»,asi es que desde «mi vejez» espero que toda esta teoría que conooceis y se os inculco la`pongais en practica bsss

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  8. Llevo días queriendo comentar en este post y no encontraba el momento!! Me ha parecido muy interesante, igual que los comentarios que ha desencadenado. Yo estoy de acuerdo con Andrea, pero soy de esas a las que le cuesta ponerlo en práctica. Soy una blanda y casi siempre hace conmigo lo que quiere, pero lucho contra ello y trato de no perder de vista el objetivo final, que es convertirle algún día en una persona autosuficiente y capaz de desenvolverse por sí misma, porque sé que darle todo lo que quiere siempre es hacerle un flaco favor. En realidad, una educación con límites e incluso reprimendas/castigos ocasionales no tiene por qué ser traumática… supongo que la cosa está en equilibrar la balanza con mucho amor, cariño y respeto. Gran post, Andrea!

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  9. Lo peor es cuando encima los padres desacreditan la figura de los maestros, porque así no hay forma de que los niños los respeten. Mis profesores del colegio eran cariñosos pero estrictos y mis padres siempre les dieron la razón en todo. Ahora los recuerdo con cariño y no tengo ningún trauma al pensar que mis padres se ponían de su parte.

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