Lo que no me pase a mi, creo que a poca gente le pasa. Bien, esta historia le paso a una amiga mía, pero como la excusa de la amiga esta tan utilizada y se ha desvalorizado más que el euro en los tiempos que corren, no os vais a creer que fue una amiga mía así que para mi es mas cómodo explicarlo en primera persona.
¡Ahi voy! (sentaos que el tema es interesante).
El primer dia que me puse delante de la pantalla del ordenador a mirar gigolos, no fue una tarea fácil ojo, hay pocas paginas de chicos que ofrezcan sus servicios, bueno a ver, chicos hay muchos, pero que den confianza y seriedad pocos. Muchos anuncios en segundamano.es, aunque seguro que estos son de cuarta y quinta mano, ¡algunos hasta de ocasión! Después de varios minutos indagando por la red, encuentro una página que parece seria, se ofrecen chicos jóvenes, maduros y algunos rozando el limite, pero claro, es que en esto del gusto el abanico es muy amplio.
Llamo, me contesta un señor muy amable y le digo que quiero contactar una cita con el hombre que he seleccionado y me dice que justo ese día tiene una cita, bueno pues nada, me decido a encontrar otro candidato, lo encuentro y ¡oh sorpresa!, me pregunta la edad. El primer candidato, por arte de magia, se había quedado libre (vamos que aquí los mozos se pueden permitir el lujo de elegir). Aunque no os lo creáis, me dio un poco de rabia, y me dieron ganas de elegir a mi segundo candidato, pero es que ¡el primero era tan mono que me lo quede!

Bueno, llegó el momento de formalizar la cita. Ojo al dato, ¡300 euros por dos horas, hotel incluido!. Tenia que mandar un e-mail para hacer el pedido en firme, igual que cuando reservas un hotel, hay que dar la confirmación.
Pasó el tiempo y llego el día de mi «cita». Te mandan un correo el día de antes para saber en qué hotel te vas a citar, y no os preocupéis, ellos pasan antes, recogen la llave y subís directamente a la habitación, no tenéis que pasar por recepción para nada*. Así que tus datos no aparecen por ningún lado.
Bueno, pues llegó la hora y el día indicado. Voy al encuentro con mi cita, me temblaba todo, si ya nos ponemos nerviosas en nuestra primera cita, imaginaos en una cita donde sabes que triunfas fijo. Ahí esta mi Grey, con una rosa en la mano y en otra una mochila deportiva. Tengo que decir por cierto, que esto del Grey ha hecho mucho daño, porque lo primero que me vino a la mente cuando vi la bolsa eran esposas, vibradores y todo tipo de juguetes eróticos, ilusa de mi… Cajas de preservativos es lo que llevaba, vamos que con que hubiera traído un par metidos en la cartera tenia más que suficiente. ¿Qué se pensaba? ¿Qué me iba a tener toda la mañana dándole que te pego?. A ver bonito, que tú barato, barato no me sales…
No voy a entrar en muchos detalles de lo que paso en la habitación, claramente os lo podéis imaginar (y como ya sabéis aunque no me creáis, yo no estaba ese día allí). La verdad es que son citas raras, claro, sabes a lo que vas, y él también. Estás esperando que él de el paso para lanzarte, el problema es que él da el paso porque le estas pagando, no por pasión. Sí, es un poco forzado pero bueno, para una noche de necesidad… ¡Luego no me digáis que no os doy ideas!
A mi no se me iba de la cabeza el reloj, yo sólo pensaba, ¿y si este cabrón no me avisa cuando pasen las 2 horas para cobrarme una adicional?. Pero no, tengo que deciros que no están pendientes del reloj cada 5 minutos, creo que el guion ya lo tienen bastante estudiado y controlan los tiempos con exactitud. Por cierto, cuando le pregunte cuánto tiempo nos quedaba, su respuesta fue: «Tranquila reina, que si nos pasamos 10 minutos no pasa nada». ¡Dios!, me regalaba 10 minutos de su vida, y encima gratis. Será prepotente el tío de mierda, te estoy pagando la hora a 150€ y los 10 minutos que me regalas son para ducharme y volverme a vestir jijijijiji. Pues cuando llego el momento de acabar con la cita, me dijo que debíamos irnos, me regalo 5 minutos, todo un amor ;). Me despedí de el en el lobby del Hotel y ahí se acabo mi primera y última (creo) experiencia con un gigoló.
Besan. No se porqué (Pretty Woman) yo creía que las prostitutas y los gigolos no besaban, pues este sí.
Me preguntó si quería que utilizara protección (a ver hijo mio, vas cargado como una mula con toda esa bolsa llena de condones y ¿ahora me preguntas si te pones uno?). ¡Por supuesto que te lo tienes que poner!
Esto que os voy a contar ahora es más delicado. No estaba bien dotado (ya sabéis que la delicadez es mi punto debil jijijiji). El chico era muy guapo pero de ahí a que estuviera bien dotado, nada que ver. El Photoshop esta haciendo mucho daño a la sociedad y en este sector no iba a ser menos. En la pagina web, tampoco se menciona nada al respecto, de hecho tanto anunciar, cita y compañía, yo llegué a poner en duda si iba a poder desahogarme o no, jijijijijij.
Si teneis alguna consulta que hacerme, que seguro que si, aquí estoy, porque las mujer también compramos sexo y no nos tenemos que esconder (si no os contesto en el mismo día, perdonadme, es que tengo que hacer mucha memoria ;).
* Excepto que te tomes una botella de agua en la habitación del hotel, y al señor no le parezcan bastante los 300€ que has pagado y te haga pagar 2.20€ por una botella de agua. Y sí, te hace ir a recepción, entonces es cuando te quedas con cara de póker porque no sabes si los recepcionistas del hotel saben quien es tu acompañante o no (aunque, a todo esto, a ti da un poco igual porque sabes que ahí no te conoce ni el piki).