Mi hija lo tiene claro: quiere un toc. ¿Y qué es eso?, pensaréis. Pues un toc, es una camiseta interior tipo sujetador que llevan muchas niñas de ocho y nueve años con las que se junta. Un top, sí.
Soy de las que no le dejo ponerse parte de arriba del bikini, llamadme loca, pero me angustia ver a las nenas tan pequeñas con esos mini-sujetadores que jamás llevan en su sitio. Aunque en realidad, es que “su sitio” no existe porque a esas edades no hay nada que cubrir o tapar.
Eso sí, entiendo perfectamente a quien sí que se lo pone, hay cosas en las que es más fácil ceder que andar discutiendo todo el día. Lo entiendo tanto, que ahora me toca a mí comérmela, y ceder.
Hace unos días, probamos en casa un sistema de puntos con premio a ver qué tal funcionaba.
El objetivo es conseguir que Minififi se lave sola los dientes después de cada comida sin tener que decírselo. Le hice un cuadrante con 50 casillas y lo pusimos en el frigo. Cada vez que lo hace, tiene un punto (lo cual le puede aportar 3 o 4 puntos diarios). Ya llevamos casi dos líneas completas y el sistema funciona de perlas, ella está on fire con el lavado de dientes, y nosotros encantados. Pero entonces viene el tema del premio y ella lo tiene claro: quiere un toc.
Podría decirle que no, que piense en otra cosa, pero sería trasladar un problema en el tiempo. Y por otro lado, no es algo que me parezca desorbitado o que vaya a hacerle daño, y además me ayuda a que vea que con esfuerzo, las cosas que uno quiere, se consiguen. Así que he decidido ceder, y comprar el dichoso top (Pocofifi me va a matar).
Eso sí, ya le he explicado que no es algo para salir a la calle, que es para jugar en casa. Ya os contaré si cuela…

Esta es la foto que Pocofifi me mandó el otro día desde el Alcampo (¡Ay Dios!)
¿Habéis probado vosotros este sistema de puntos con premio para que se habitúen a hacer algo? ¿También tenéis que ceder a «cosillas» con las que no estáis muy de acuerdo?