Mamá y el aifon

Queridas lectoras, estoy realmente consternada. Os cuento el porqué.

Esta mañana, Frikencio se ha llevado de paseo a Frikito y yo me he quedado en casa con unos quehaceres que no podía seguir postergando. Estaba recogiendo un poco las cosas del desayuno antes de sentarme en el ordenador, cuando para mi sorpresa he encontrado una carta debajo del bol de los cereales de Frikito, toda pringosa y llena de churretes.

Es una carta del propio Frikito. Estoy consternada y también muy sorprendida, porque no tenía ni idea de que mi niño supiera escribir con sólo 15 meses. Lo hace mejor que muchos adolescentes españoles. Bueno, os pongo el contenido de la carta, sacad vuestras propias conclusiones.

“Mamá, eres mu pesá. He tenido que aprender a escribir para poder decirte esto.

Estás todo el día con ese cacharro en la mano. Sí, ese de las lucecitas que a veces hace ruiditos. Si por lo menos me dejases tocarlo o metérmelo en la boca no me importaría tanto, pero es que encima me lo prohíbes. Al principio me creía que venía pegado a tu mano. Pensaba “pobre mamá, que no puede deshacerse de ese cacharro y lo tiene que llevar en la mano todo el día”, pero luego me dí cuenta de que lo llevas porque quieres.

Papá te mira raro. A veces me dice cosas como “le voy a estrellar el aifon a tu madre” así bajito para que tú no te enteres. Él también tiene un cacharro de esos… aifon… y no lo mira tanto, ¿por qué tú sí? Ayer me dijo que se sentía abandonado, me da un poco de pena. ¡Eres mala!

Haces demasiadas cosas. Que si el feisbu, que si el wasa, que si el tuite, que si el istagran, que si el pinterés, que si el foresquer. Y todo el día haciéndome fotos, que parezco la Pantoja. Y ahora también un blog. Mamá, hija mía, deja ya de instalarte aplicaciones chorras, por favor.

Esto es un ultimátum, mamá. O dejas el aifon descansar un poquito o me dejas que lo chupe, tú verás. Como a pesar de todo te quiero mucho, te he hecho un dibujo.

P.D.: Perdona por los churretes de la carta, no he podido evitarlo.
P.D.2: Si veo que no lees esta carta, te lo mandaré al wasa, que ahí seguro que lo lees.”

La carta venía con este dibujo.

¡Qué bien dibuja mi niño!

En fin, esta carta me ha hecho abrir un poco los ojos. Lleva razón mi hijo, soy muy pesada con el móvil, así que voy a intentar cortarme un poco a partir de ahora. Bueno, voy a tuitearlo y a ponerlo en Facebook para que todo el mundo lo sepa. ¡Hasta luego!

P.D.: Este post va dedicado a Frikencio, que tiene más paciencia que un santo. Por favor Frikencio, no me estrelles el aifon.

Que levanten la mano todos los maridos que se sientan identificados con Frikencio. ¿Vosotras también sois pesadas con el móvil? ¿Es como una droga? Venga, no me dejéis sola, ¡reconocedlo! ¿a que un poquito sí?